Los viajes escolares son aquellas actividades educativas con una duración de varios días que complementan los conocimientos adquiridos en el aula, aportando al alumnado una serie de valores, al mismo tiempo que persiguen unos objetivos claros y adaptados según la edad de los y las participantes.
En estos viajes escolares, los y las estudiantes asimilan conocimientos nuevos o ya abordados en clase a través de actividades que rompen con su rutina. Al tratarse de momentos de distensión, en los que, además de aprender, se están divirtiendo, los participantes absorben todos estos contenidos desde una perspectiva totalmente empírica.
Asimismo, los viajes educativos son un momento perfecto para trabajar las habilidades sociales de los alumnos y alumnas. Salir de su círculo de confort, comunicarse con personas con las que normalmente no se relacionan y enfrentarse a situaciones distintas a las de su día a día contribuye a un desarrollo de la capacidad de expresión, la conciencia crítica y la autonomía.
Además de todos estos aspectos, realizar un viaje escolar al extranjero siempre supone un plus. En un viaje escolar a España se fomenta el conocimiento de la cultura española (el arte, las tradiciones, la manera de pensar y de entender la vida) y la práctica del idioma, a través de experiencias en las que se requiere una participación activa.
En resumen, los viajes escolares, que forman parte de la educación no formal, contribuyen al desarrollo integral de los y las participantes, desde el punto vista educativo, social y cultural.